Lesiones causadas por la radiación 

La lesión por radiación es el daño producido en los tejidos a causa de una exposición a radiación ionizante.
  • La radiación ionizante a dosis grandes puede disminuir la producción de células sanguíneas y lesionar las vías digestivas, originando una enfermedad aguda.
  • Una dosis muy grande de radiación ionizante también puede dañar el corazón y los vasos sanguíneos (sistema cardio vascular), el cerebro y la piel.
  • Las lesiones producidas por dosis grandes y muy grandes de radiación se conocen como reacciones tisulares. La dosis necesaria para causar una lesión tisular visible varía con el tipo de tejido.
  • La radiación ionizante puede aumentar el riesgo de cáncer.
  • La exposición a la radiación de los espermatozoides y los óvulos incrementa un poco el riesgo de anomalías genéticas en la descendencia.
  • Los médicos eliminan tanto material radiactivo externo e interno (material inhalado o ingerido) como sea posible y tratan los síntomas y complicaciones de las lesiones causadas por la radiación.
En general, la radiación ionizante se refiere a ondas electromagnéticas de alta energía (rayos X y rayos gamma) y partículas (partículas alfa, partículas beta y neutrones) que son capaces de arrancar electrones a los átomos (ionización). La ionización cambia la estructura química de los átomos afectados y de las moléculas que contengan dichos átomos. Al cambiar las moléculas de la tan ordenada estructura celular, la radiación ionizante puede alterar y lesionar las células. La lesión celular puede causar enfermedades, aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, o ambos.
La radiación ionizante la emiten sustancias radiactivas (radionúclidos) como el uranio, el radón y el plutonio. También la producen dispositivos como los aparatos de rayos X y de radioterapia.
Otras formas de radiación electromagnética son las ondas de radio (como las de teléfonos móviles y las de transmisores de radio AM y FM) y la luz visible. Sin embargo, debido a su energía menor, estas formas de radiación no son ionizantes, y por lo tanto, los niveles de exposición pública de estas fuentes comunes no lesionan las células. Aquí, al hablar de «radiación» se hace referencia exclusivamente a las radiaciones ionizantes.

Medición de la radiación

La cantidad de radiación se mide en varias unidades diferentes. El roentgen (R) es una medida de la capacidad ionizante de la radiación en el aire y se utiliza normalmente para expresar la intensidad de la exposición a la radiación. La radiación a la que se está expuesto y la cantidad que es absorbida por el cuerpo pueden ser muy diferentes. El gray (Gy) y el sievert (Sv) son medidas de dosis de radiación, que es la cantidad de radiación absorbida por la materia, y son las unidades utilizadas para medir la dosis en humanos después de la exposición a la radiación. El Gy y el Sv son similares, excepto en que el Sv tiene en cuenta el efecto perjudicial de diferentes tipos de radiación y la sensibilidad de los diferentes tejidos del cuerpo a la radiación. Las dosis bajas se miden en mGy (1 mGy = 1/1000 Gy) y mSv (1 mSv = 1/1000 Sv).

Contaminación frente a Irradiación

La dosis de radiación de un individuo se puede aumentar de dos maneras: por contaminación y por irradiación. La mayoría de los accidentes radiactivos más importantes han expuesto a la población a ambos.
La contaminación es el contacto y la retención de un material radiactivo, normalmente en forma de polvo o líquido. La contaminación externa es la que está en la piel o en la ropa, de donde parte puede desprenderse o ser eliminada con un cepillo, y contaminar a otras personas y objetos. La contaminación interna es absorbida por el cuerpo por ingestión, inhalación o a través de cortes en la piel. Una vez en el cuerpo, el material radiactivo puede ser transportado a varios lugares, como la médula ósea, donde continua emitiendo radiación, aumentando la dosis, hasta que se extrae o emite toda su energía (degradación). La contaminación interna es más difícil de eliminar que la contaminación externa.
La irradiación es la exposición a la radiación, pero no al material radiactivo, es decir, no se trata de contaminación. Un ejemplo habitual son las radiografías, utilizadas, por ejemplo, para evaluar una fractura ósea. La exposición a la radiación puede producirse sin contacto directo entre las personas y la fuente de radiación (por ejemplo, con material radiactivo o con una máquina radiográfica). Cuando la fuente de la radiación se elimina o se apaga, la irradiación finaliza. Las personas que son irradiadas, pero no contaminadas, no son radiactivas, es decir, no emiten radiación, y la dosis recibida desde esa fuente de radiación no va en aumento.

Fuentes de exposición a la radiación

Las personas están expuestas constantemente a niveles bajos de radiación de origen natural (radiación de fondo) y de vez en cuando a la radiación procedente de fuentes artificiales. La radiación natural de fondo varía enormemente en todo el mundo y también dentro de los países. En Estados Unidos, por ejemplo, la población recibe una media de unos 3 mSv al año proveniente de fuentes naturales, y el rango de exposición varía de forma aproximada entre 0,5 y 20 mSv por año en función de la región, la elevación por encima del nivel del mar y la geología local. De media se recibe una dosis adicional de 3 mSv/año desde fuentes manufacturadas (principalmente dispositivos médicos), por lo que el promedio total de dosis efectiva es de aproximadamente 6 mSv/año.

Radiación de fondo

Las fuentes de radiación de fondo son la radiación cósmica del espacio exterior y los elementos radiactivos naturales.
La atmósfera terrestre bloquea la radiación cósmica en gran medida, pero esta se concentra en los polos norte y sur por el campo magnético terrestre. Por eso, la exposición a la radiación cósmica es mayor para las personas que viven cerca de los polos o a gran altitud, y también para las que viajan en avión.
Los elementos radiactivos, particularmente el uranio y los productos radiactivos en los que este se degrada (como el gas radón), se encuentran en muchas piedras y minerales. Estos elementos terminan incluidos en distintas sustancias, entre otras, los alimentos, el agua y los materiales de construcción. La exposición al radón supone normalmente alrededor de los dos tercios de exposición a una radiación natural.
Aun considerándola en su conjunto, la dosis de radiación natural de fondo es demasiado baja como para producir lesiones radiactivas. Hasta la fecha no se han demostrado efectos sobre la salud debidos a diferencias en el nivel de radiación de fondo, ya que los riesgos de producir efectos sobre la salud mediante la radiación a estos niveles bajos de exposición son inexistentes, o bien son demasiado pequeños para ser observados.

Radiación artificial

La exposición a las fuentes artificiales de radiación se produce, en la mayoría de personas, cuando estas se someten a pruebas de diagnóstico por la imagen (sobre todo, tomografía computarizada y estudios de medicina nuclear cardíaca). Quienes se someten a tratamientos de radiación contra el cáncer pueden recibir dosis muy altas de radiación. Sin embargo, se hace todo lo posible para suministrar la radiación solo a los tejidos enfermos y reducir al mínimo la radiación a los tejidos sanos.
La exposición también se produce desde otras fuentes artificiales, tales como los accidentes de radiación y las lluvias radiactivas de ensayos anteriores con armas nucleares. Sin embargo, estas exposiciones representan una parte mínima de la exposición anual para la mayoría de la población. Por lo general, los accidentes de radiación afectan a las personas que trabajan con materiales radiactivos y fuentes de rayos X, como irradiadores de alimentos, fuentes industriales de radiografía y máquinas de rayos X. Estos trabajadores pueden recibir dosis considerables de radiación. Estas lesiones generalmente se producen por no seguir los procedimientos de seguridad. La exposición a la radiación también se ha producido a veces por la pérdida o el robo de elementos médicos o industriales que contenían grandes cantidades de material radiactivo. También se han producido lesiones por radiación en pacientes que reciben radioterapia o a los que se les ha realizado ciertos procedimientos médicos guiados por radioscopia (fluoroscopia) que muestra una imagen de rayos X móvil en una pantalla. Algunas de estas lesiones son el resultado de accidentes o uso inapropiado, pero a veces, en los casos más complejos, el uso adecuado de este tipo de procedimientos puede causar complicaciones inevitables y reacciones tisulares inducidas por la radiación.

Efectos de la radiación

Los efectos perjudiciales de la radiación (es decir, la gravedad de la reacción tisular) dependen de varios factores:
  • La cantidad (dosis)
  • Con qué rapidez se recibe la dosis
  • Qué cantidad del cuerpo se expone
  • La sensibilidad de determinados tejidos a la radiación
  • La presencia de anomalías genéticas que alteran la reparación normal del ADN
  • Edad de la persona en el momento de la exposición
  • Estado general de salud de la persona antes de la exposición

Prevención

Tras una gran contaminación generalizada del medio ambiente por accidente en una central nuclear o por la liberación intencionada de material radiactivo, se deberán seguir los consejos de las autoridades de salud pública. Esa información suele ser difundida por televisión y radio. El consejo puede ser evacuar la zona contaminada o refugiarse en el lugar donde se encuentren. La recomendación de evacuación o de refugio dependerá de muchos factores, como el tiempo transcurrido desde el escape inicial, si el escape ha cesado, las condiciones climáticas, la disponibilidad de refugios adecuados y las condiciones del tráfico y las carreteras. Si se recomienda refugiarse, es mejor hacerlo en una estructura de hormigón o metálica, sobre todo bajo tierra (por ejemplo, en un sótano). Si no existe esa posibilidad o no hay un refugio subterráneo disponible, el mejor lugar será a mitad de camino entre la parte superior e inferior de un edificio alto, cerca del centro, y lejos de las ventanas.
Se recomienda cambiarse de ropa y ducharse si se sospecha que puede haber habido contaminación con material radiactivo. Se pueden obtener comprimidos de yoduro de potasio (KI) en las farmacias locales y algunos centros de salud pública. Sin embargo, el yoduro potásico solo es útil si se libera yodo radiactivo. No protege frente a otros materiales radiactivos. Las personas con sensibilidad conocida al yodo y ciertos trastornos del tiroides deben evitar el yoduro de potasio. Se debe consultar a un médico si se cree que se tiene sensibilidad al yodo. Se ha demostrado que ciertos fármacos experimentales administrados durante o inmediatamente después de la irradiación aumentan las tasas de supervivencia en los animales. Sin embargo, estos fármacos pueden ser muy tóxicos y no se recomienda su administración a seres humanos en la actualidad.

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